jueves, 9 de febrero de 2012

La luna se refleja en tu mirada cual incandescencia en agua marina.

Hoy vuelven a mi mente recuerdos, imágenes, momentos de mi vida en los que realmente me sentía bien, me sentía libre, momentos en los que estaba atado, pero no me importaba, porque estaba junto a ti.
Ahora estoy atado...otra vez, si, pero con un ligero matiz, esta vez no quiero estar aquí, quiero vivir, quiero conocer otras prisiones, quiero conocer mi vida realmente.

Recuerdo las olas rompiendo las murallas de la fortaleza de arena, creando la calma de la gran ciudad, creando armonía en nuestras almas una vez más. Recuerdo esa noche, esa paz, junto a ti. Recuerdo la frase como si fuese ayer ... -Me encanta venir aquí, todas las noches vengo para olvidar o simplemente relajarme y observar el cielo con su manto de estrellas mientras la dulce música del agua me transmite armonía, mientras la brisa del mar me acaricia suavemente y me cierra los ojos, me deja pensar, me deja vivir.-

Ahora mi mente se pregunta si será posible que esa tranquilidad se vuelva a repetir, si en ese mismo lugar podré volver a evadirme, a encontrar esa paz que me hacia vivir. Solo una certeza me hace pensar que nada volverá a ser como antes.

Ojala fuere yo esa brisa que acarició tu dulce piel. Ojala fuere yo ese resplandor que se reflejó en tu mirada. Ojala fuere yo tu sonrisa, o si, nada me haría más feliz que ser tu sonrisa esa noche.

-La luna brilla más hoy que ninguna noche-. Ahora lo entiendo... brillaba más porque mi corazón se lo pidió, brillaba más porque te vio, brillaba más porque estaba sonriente de cual belleza, brillaba porque, tu, mi Luna, estabas junto a mi esa noche. Quizás esa certeza... Ya no te tendré otra vez, ya la Luna no brillará.

Maldito ignorante, no me di cuenta, en ese momento la vida que quería conocer realmente tenía nombre y apellidos, esa vida, eras tu.

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