viernes, 30 de marzo de 2012

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Conocéis esa sensación en la que tiemblas, lloras,y lo único que piensas es en esa persona. Esa persona que hizo que sonriera a la vida durante 3 días, 3 días por 3 años. Esa persona ha hecho que la felicidad, sea mi mayor aliada en tan corto periodo de tiempo. Pero ahora, no soy feliz, para nada, no tengo ni una pizca de felicidad, ahora solo soy un ente vació, que tiembla, que no siente. Has hecho que me sienta el ser más despreciable que pisa la Tierra. Mientras yo demostraba lo que te puedo llegar a querer, mientras hacía lo que nunca quise hacer, mientras le decía a un amigo, a un hermano, lo que eras para mi, tu, tu, ... Y al día siguiente, mi sangre me dice lo que haces, lo hiciste... Me siento tan vació, tan despreciable, soy lo último en este jodido mundo. La luz planetaria hace que mi mente se abra cada vez más y que comience a ver la vida de otra forma. Mi mente se comienza a transformar en la bestia que todos llevamos dentro. Pero este corazón ha dejado de sentir, no tiene ideales, no sigue nada, porque ya no sabe amar, porque está muerto. Pero hoy, hoy me siento cada vez peor, hoy me han llegado los mejores consejos del mundo, dichos por mis mejores amistades, esos corazones que verdaderamente laten por mi, y me han buscado en el fin del mundo, donde se siente el dolor.

Las heridas del dolor se ciñen cada vez más y encienden su fuego, quemándome lentamente, necesito que ese fuego se apague, y golpeo estas heridas una y otra vez, una y otra vez. Y mi corazón sangra... Y mis ojos se lamentan... Y mi alma se apaga... Y mi cuerpo se debilita... Y mi mente, mi mente te busca a ti. Y ahora estoy temblando, los nervios se apoderaron de mi, y lo único que puedo hacer es escribir. Y lo mejor de todo esto, es que no solo te odio con todas mis fuerzas, pero te perdonaría, aunque se que no cambiarías, debo evitar esto. Me has hecho daño, pero te amo. Es una batalla difícil. Me siento tan mal, que no puedo escribir, mi mente no me transmite lo que debo escribir, lo hago por inercia. Una vez más... Ingenuo, te quiero, pero te odio con todas mis fuerzas.

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