jueves, 19 de abril de 2012
Vacío.
¿Conocéis esa sensación de vació total?, nada ni nadie puede sacarte de esa situación. Todo lo que hago se que lo hago mal, cada palabra, cada acción. Ya hago las cosas por el típico impulso de rabia quizás. Y la gente me pregunta cada día por mi estado de ánimo. Pero es que les tengo que mentir hasta en eso. Es muy difícil expresar esta sensación de vació. Incapaz de sentir nada, frió. Y te reúnes con todas esas personas que te apoyan, y lo único que quieres es soledad. Me llegan los consejos como si de una brisa de viento se tratase, acarician mi corazón, pero se van. Pero todo esto va acompañado de la mayor rabia y dolor. Dolor que causaste. Y lo que ha hecho que esté vacío completamente han sido todas tu mentiras, o debería decir todo lo que dijiste, que sería un sinónimo a la palabra mentira. Y lo único que me llena un poco es pensar que alguna vez tuve un sueño, París, ese sueño tan perfecto. Sueños, já... simples acciones del jodido subconsciente, nada más. No puedo soñar con lo imposible y querer que eso se cumpla. Y más acompañado de todo lo que ha sido acompañado, a París se llega en el barco de la Verdad y del Amor, pero creo que ninguno de estos dos parámetros estaban en toda nuestra historia, o debería decir tu historia. Recuerdo perfectamente como el mismísimo demonio te mira a la cara, y te agradece que le has hecho sufrir. Quizás fuese una sensación de satisfacción, de pena o no se, pero lo único que se es que en ese momento, reí. Ahora, hundido en el vació que te deja esta situación incluso tengo remordimientos de haber castigado a Satanás. Quizás esa vez fuese distinto a mi. Y este sentimiento de culpabilidad, aumenta cada vez más mi vació y solo tengo ganas de pensar. Y una vez más las lagrimas no salen por mis ojos, se agarran a mi corazón, no puedo soltar mi vació y mi pena. Lo mejor de todo esto, es que me siento tan mal, que no me duele nada, no puedo soltar esa pena, incluso no me duele decir que eres inexistente en mi mundo, y no quiero convertirme en la clase de monstruo que me estás haciendo convertirme, el monstruo sin sentimientos, el alma vagante, el corazón encadenado a unas nuevas cadenas, preso de un nuevo pasado, resonar de mentiras. Y hoy caí de rodillas al suelo, cuando vi tu letra, esa carta en la que expresaste: "Quiero que sepas que siempre voy a estar ahí. Gracias por todo... y nunca olvides que ..." otra mentira. Pero no puedo llorar, solo me río. ¿Qué clase de ser sin corazón se ríe de una promesa que se ha incumplido por sus actos? Yo. El monstruo vació, el monstruo que no tiene nada, encadenado a su pasado, que oye una y otra vez esa gran mentira, ese "te quiero" cargado de culpabilidad, que debilita cada vez más su propia vida, su alma no tiene más sentido, su futuro, nada sabe de él, ni le importa. Lo único que se, aparte de todas las mentiras y todo el engaño, lo único que se con seguridad, es que para mi estás muerta, pero yo tengo la característica de querer a los muertos, por mucho daño que me hayan hecho y a ti, maldita mentirosa, te quiero.
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