Esa persona que quedó enterrada, esa persona que ardió en la maldita hoguera, aparece, y solo para decirme el lado oscuro de su asquerosa y sucia vida. Y ese fantasma aparece en los momentos perfectos. Mi ira se llena y me lleva a hacer cosas de las que me arrepiento, o quizás no me arrepiento. Dicen que todo tiene una gota que colma el jodido vaso, pues a esto digo, que mi vaso está muy cerca de colmar, y esta vez no pagare con seres inertes mi rabia, la pagaré con tu asquerosa alma.
Otro fantasma apareció hace un tiempo, en forma de la mujer más bella y más complaciente del mundo. Daría mi vida entera por volver a sentarme delante de esa mujer, delante de esa princesa y mirarla a los ojos y saber que tengo a esa persona delante mía. Pero nada puede cambiar el presente, y menos después de actos tan malignos y sucios. Esa persona desapareció, y apareció el monstruo más horripilante que cualquier persona haya experimentado. ¿ Qué clase de monstruo renuncia a sus propios sentimientos ?. La decepción sobre esa princesa convertida en ese extraña alma impura llegó a mi corazón, que aun sigue luchando por volver a disfrazar a ese monstruo con el disfraz de princesa y intentar creer que no es lo que mis ojos ven. Todo tendrá su llegada, al alba de cada día siempre hay una oportunidad esperando a que la cojamos.
Llegó un fantasma que me hizo cambiar radicalmente, que en un pasado demasiado cercano, me dejó tan vació, inerte, sin vida alguna, si nada por lo que luchar. Ese fantasma apareció para quitarme al monstruo que intentaba comerme el corazón, ese fantasma me ha enseñado dos lecciones, muy importantes, y por las que se condicionan ahora mi vida. La gente nunca cambia, puede cambiar su forma de ver las cosas o expresar sus sentimientos, pero el daño lo puede hacer perfectamente, y la otra es que hasta el mismísimo Satanás puede cambiar su forma de ver la vida, y cambiar su forma de actuar, y hacer que sea una persona humilde, aunque dentro retenga toda esa maldad que hace pecar a las personas. Agradezco a ese fantasma el que esa noche apareciese, el que esa noche me demostrase eso, el que esté a mi lado.
Hoy, día 23, he visto algo que nunca me había pasado. He observado algo que nunca he podido notar en mi corazón, el dolor más grande que nunca he experimentado. La inocencia de una niña de 5 años, una niña con mi propia sangre. Porque donde las torres miran hacia esa bola resplandeciente, allí yacía una pequeña niña, con un alma limpia, una sonrisa limpia y alegre. De repente esa pequeña me mira, y reconozco a la perfección a esa pequeña, al contrario, ella no me reconoce a mi, y aparta la mirada como de un desconocido me tratase. La paralización es tal que no me he acercado a esa niña para darle ese calor que hasta hace 2 años siempre dí, para que comprendiese que delante de sus ojos tenía a alguien a quien conocía a la perfección, para que se diese cuenta, de que dentro de mi corazón está siempre presente. Ese fantasma, tan real me ha hecho sentir la persona más rastrera del mundo. Espero que tarde o temprano, esa sangre que circula por sus venas y que también lo hace por las mías, se de cuenta de quién soy, y me abrace como hacía antes, hace 2 malditos años.
Después de todo esto, solo se decir una cosa.
"Luchar por lo que queremos es lo que nos hace vivir, es lo que nos hace sentirnos vivos, luchar por alguien o por conseguir algo es lo que nos hace ser lo que realmente somos."
"I push my fingers into my eyes, is the only thing that slowly stops the ache."
